Piedra, árbol, espada y agua

En tiempos de batallas en las montañas, mientras las personas dormían, de madrugada, se reunieron las cosas. La espada habló:

- Yo soy la más fuerte y puedo destruirlo todo. Mi filo corta y doy poder a quien me toma y muerte a quien me enfrenta.

- ¡Mentira! - replicó el árbol - Yo soy más fuerte, he resistido el viento y la más feroz tormenta.

Pelearon espada y árbol. Fuerte y duro se mantuvo el árbol. La espada golpeó y golpeó cortando el tronco hasta derribar el árbol.

- Soy la más fuerte, gritó triunfante la espada.

- ¡Mentira! - replicó la piedra - Yo soy la más fuerte. Soy dura y antigua, soy pesada y llena.

Y pelearon espada y piedra.

Dura y firme se mantuvo la piedra. La espada golpeó y golpeó, pero no podía destruir la piedra. Mientras golpeaba, se quedó sin filo y la piedra quedó hecha añicos.

- Es un empate, dijeron espada y piedra y lloraron lo inútil de su pelea.

Mientras el agua del arroyo miraba la escena sin decir nada, había presenciado la pelea. La espada al darse cuenta de la presencia del agua,  dijo:


- ¡Tú eres la más débil! Nada puedes hacer. ¡Yo soy más fuerte que tú!

Y se lanzó con toda su fuerza contra el agua del arroyo. Hizo un gran escándalo, espantó los peces y el agua no opuso resistencia al golpe de la espada. Poco a poco, sin decir nada, el agua recuperó su forma, envolvió la espada y siguió su curso hacia el río hacia el agua grande. Pasó el tiempo y la espada en el agua empezó a hacerse vieja y a oxidarse; perdió completamente todo el filo y los peces se acercaban sin miedo a burlarse de ella. Con pena, la espada se retiró del agua del arroyo. Sin filo y derrotada se quejó:

- Soy más fuerte que ella, pero no puedo hacerle daño y ella a mí, sin pelear, me ha vencido.

A veces, debemos pelear como espada espada frente a seres vivos, 
a veces, debemos pelear como árbol frente a la tormenta, 
a veces debemos pelear como piedra frente al tiempo.
Otras debemos ser como el agua frente a la espada, el árbol y la piedra, 
hacernos agua y seguir nuestro curso hasta el río de agua que alivia y sacia.

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