Sobre hombres, mujeres, feminismo y misandria

Tratar de definir una identidad actual en permanente construcción es hacer una instantánea de algo que está en movimiento. Se captará una escena de ese movimiento, pero no su totalidad. Aún así, me parece importante asentar algunas bases para que prosiga la construcción de nuestras entidades. Desde hace algunos años, me inquieta el enfoque de género y el confuso concepto de lo que, tanto hombres, como mujeres entienden por feminismo.

Los hombres, en general, cuando se les habla de machismo y feminismo, suelen estar a la defensiva. Algunas mujeres que se autoproclaman feministas, reclaman apropiarse de la identidad patriarcal que somete a toda la sociedad, mujeres y hombres, a unas desigualdades que perjudican a todas las personas. 

Mujeres que menosprecian las tareas domésticas o todo aquello relacionado con la economía reproductiva. Mujeres que utilizan las machistas armas de mujer para alcanzar sus retos. Mujeres que exigen a sus parejas, amistades y familia el mismo cánon de imagen que las condena al despiadado machismo. Mujeres que cambian de identidad a su merced para apropiarse de la custodia de sus hijos e hijas: ahora soy mujer y soy quien mejor puede hacerse cargo de la educación y crianza, ahora soy arpía que no facilita la parte de educación que el padre quiere, debe y tiene el derecho propocionar.

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Nada de lo citado en el parágrafo anterior es feminismo. Apropiarse de los elementos machistas para transformarlos en una lucha de género NO ES FEMINISMO. Los feminismos luchan para erradicar las construcciones simbólicas del machismo, luchan para construir nuevos esquemas que acepten la ruptura de estereotipos socializados y aceptados como norma.

Existen muchas corrientes feministas, pero ninguna de ellas menosprecia al ser humano, independientemente de su sexo, y mucho menos menostener cualquiera de los aspectos de la economía reproductiva (educación infantil, cuidados del hogar, vida social, cuidados físicos y sanitarios, etc.) Odiar a los hombres es misandria, no feminismo. El feminismo busca el consenso de identidades no determinadas por el sexo.

Es importante tener presente esta base para poder liberar al hombre de ese machismo que también lo condena. Los hombres no lloran, los hombres son fuertes, los niños van de azul y juegan con coches, los hombres no cocinan, los hombres no cuidan a sus personas dependientes. Todas estas sentencias machistas condenan a aquellos hombres que se rebelan contra el machismo y que reclaman la construcción de una identidad que se adapte al contexto actual.

No hablo de la identidad hombre y mujer desde la perspectiva de género, hablo de la identidad hombre y mujer desde la perspectiva biológica. Ya sé que la propia distinción, la propia existencia de esa dualidad que excluye muchas otras identidades es discriminante por sí misma. Pero el hombre que se autoproclama feminista es rechazado por algunos movimientos feministas. Así que mi pregunta es: ¿los hombres que se rebelan contra el machismo, los hombres empoderados deben inventarse otro nombre para fundar otro feminismo o pueden ser hombres feministas que luchan por construir nuevos esquemas que acepten la ruptura de estereotipos socializados y aceptados como norma?

Sinceramente, estoy un poco cansada de neologismos y si ya existe un movimiento con una herencia y una experiencia tan amplia en contra de las exclusiones, ¿debemos inventar una nueva corriente?

Una persona, algún día, empezó a luchar por los derechos de las mujeres y tomó conciencia de que la opresión tenía matices muy diferentes que el racismo, por ejemplo. Quizás no es mala idea crear un nuevo movimiento que E. López propuso que podría llamarse 'HUMANISMO'.