Esta entrevista extraída del Blog: Arte de Seducción me ha parecido reveladora para abordar muchos de nuestros miedos.
Es posible aprender a seducir, pero ¿es posible aprender amar?
La pregunta que habría que hacerse realmente es “¿qué es lo que te está impidiendo amar?”
Es decir, se puede aprender a eliminar todos los obstáculos que te impiden desarrollar algo que ya tienes dentro de ti, que es la capacidad de amar; algo que ya sabes hacer, que es amar. Si nos encontramos en un paraje solitario con un águila, tratando de volar sin conseguirlo, concluiremos que algo se lo impide, porque volar ya sabe. Podemos ayudarla averiguando qué le está ocurriendo, qué le está imposibilitando hacer algo que ya sabe hacer, que es volar.
Continuando con la metáfora, si alguien se dispone a “volar”, y desde pequeño, cada vez que lo intenta, recibe críticas, rechazos e insultos, al final creerá, sin duda alguna, que hay algo malo dentro de él, que es malo volar, que no debe hacerlo, y además, que tampoco merece disfrutar del privilegio de volar.
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Cuando alguien llega a esta situación, puede sentir todo tipo de emociones destructivas hacia sí mismo y hacia los demás: miedos, ansiedad, culpabilidad, tristeza, ira, rechazo, envidia y odio hacia los demás, a esos que pueden “volar”, etc.
Por tanto, como decía, más que cuestionarse “¿puedo aprender a amar?”, es preguntarse “¿qué es lo que te está impidiendo amar?” ¿Qué te impide sentirte bien dentro de ti, amarte a ti mismo y a los demás?
Una de las labores más importantes y frecuentes que desarrollamos los psicólogos, con las personas que tienen dificultad en las relaciones de amor, es explorar todos esos miedos y emociones autodestructivas que están dificultando a una persona el quererse a sí mismo, y ayudarle a liberarse de ellas, para comenzar a sentir ese amor interno que ya está dentro de él, pero que había olvidado. Una vez logrado eso, es muy fácil relacionarse amorosamente con los demás, sin esfuerzo alguno.
¿De qué forma se puede superar el miedo al rechazo?
Uno de los pasos más importantes para superar un miedo es darnos cuenta de que los miedos son nuestros aliados, no nuestros enemigos. No hay que luchar contra ellos, hay que escucharlos y dilucidar qué intentan decirnos.
Los miedos son alarmas que nos avisan de que algo malo nos puede suceder. Nos ponen en situación de alerta, y nos comunican que debemos prepararnos por si ocurre algo que nos pueda dañar. Esa es su intención, que estemos listos por si la situación temida se produce. Por tanto, mientras uno no prepare esas respuestas, las alarmas seguirán sonando, los miedos permanecerán y continuarán insistiendo. Cesarán, en cuanto los escuchemos y sintamos que tenemos respuestas para lo que tememos.
¿Qué hacer para superar el miedo al rechazo? Como decíamos arriba, lo mismo que para todos los miedos: escucharlo, saber qué nos quiere decir. Nos está diciendo que estemos preparados por si se produce el rechazo. Este “amigo” dejará de avisarnos cuando hayamos encontrado respuestas sobre qué hacer si la situación temida ocurre, es decir, qué hacer si efectivamente nos rechazan.
Para ello, podemos seguir estos pasos:
1) Reconocer ese miedo, escucharlo, darnos cuenta de él, en qué situación concreta se produce y ante qué personas.
2) Imaginarse justo en esa situación temida, y suponer la posibilidad de que sucediera lo peor, en este caso que nos rechacen, e imaginarlo hasta sus últimas consecuencias.
3) Preparar un buen número de respuestas, diferentes alternativas y maneras variadas de actuar, por si dicha situación de rechazo, efectivamente, ocurre.
4) Una vez sabemos cómo responder ante la situación temida, el rechazo, nuestros miedos disminuirán, incluso por completo. La clave está en generar esas respuestas posibles ante lo que pueda ocurrir. Si uno no le dedica tiempo a buscar respuestas, de nada valdrá saber teóricamente que los miedos son nuestros amigos, estos continuarán ahí permanentemente, alertándonos.
Es posible aprender a seducir, pero ¿es posible aprender amar?
La pregunta que habría que hacerse realmente es “¿qué es lo que te está impidiendo amar?”
Es decir, se puede aprender a eliminar todos los obstáculos que te impiden desarrollar algo que ya tienes dentro de ti, que es la capacidad de amar; algo que ya sabes hacer, que es amar. Si nos encontramos en un paraje solitario con un águila, tratando de volar sin conseguirlo, concluiremos que algo se lo impide, porque volar ya sabe. Podemos ayudarla averiguando qué le está ocurriendo, qué le está imposibilitando hacer algo que ya sabe hacer, que es volar.
Continuando con la metáfora, si alguien se dispone a “volar”, y desde pequeño, cada vez que lo intenta, recibe críticas, rechazos e insultos, al final creerá, sin duda alguna, que hay algo malo dentro de él, que es malo volar, que no debe hacerlo, y además, que tampoco merece disfrutar del privilegio de volar.
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Cuando alguien llega a esta situación, puede sentir todo tipo de emociones destructivas hacia sí mismo y hacia los demás: miedos, ansiedad, culpabilidad, tristeza, ira, rechazo, envidia y odio hacia los demás, a esos que pueden “volar”, etc.
Por tanto, como decía, más que cuestionarse “¿puedo aprender a amar?”, es preguntarse “¿qué es lo que te está impidiendo amar?” ¿Qué te impide sentirte bien dentro de ti, amarte a ti mismo y a los demás?
Una de las labores más importantes y frecuentes que desarrollamos los psicólogos, con las personas que tienen dificultad en las relaciones de amor, es explorar todos esos miedos y emociones autodestructivas que están dificultando a una persona el quererse a sí mismo, y ayudarle a liberarse de ellas, para comenzar a sentir ese amor interno que ya está dentro de él, pero que había olvidado. Una vez logrado eso, es muy fácil relacionarse amorosamente con los demás, sin esfuerzo alguno.
¿De qué forma se puede superar el miedo al rechazo?
Uno de los pasos más importantes para superar un miedo es darnos cuenta de que los miedos son nuestros aliados, no nuestros enemigos. No hay que luchar contra ellos, hay que escucharlos y dilucidar qué intentan decirnos.
Los miedos son alarmas que nos avisan de que algo malo nos puede suceder. Nos ponen en situación de alerta, y nos comunican que debemos prepararnos por si ocurre algo que nos pueda dañar. Esa es su intención, que estemos listos por si la situación temida se produce. Por tanto, mientras uno no prepare esas respuestas, las alarmas seguirán sonando, los miedos permanecerán y continuarán insistiendo. Cesarán, en cuanto los escuchemos y sintamos que tenemos respuestas para lo que tememos.
¿Qué hacer para superar el miedo al rechazo? Como decíamos arriba, lo mismo que para todos los miedos: escucharlo, saber qué nos quiere decir. Nos está diciendo que estemos preparados por si se produce el rechazo. Este “amigo” dejará de avisarnos cuando hayamos encontrado respuestas sobre qué hacer si la situación temida ocurre, es decir, qué hacer si efectivamente nos rechazan.
Para ello, podemos seguir estos pasos:
1) Reconocer ese miedo, escucharlo, darnos cuenta de él, en qué situación concreta se produce y ante qué personas.
2) Imaginarse justo en esa situación temida, y suponer la posibilidad de que sucediera lo peor, en este caso que nos rechacen, e imaginarlo hasta sus últimas consecuencias.
3) Preparar un buen número de respuestas, diferentes alternativas y maneras variadas de actuar, por si dicha situación de rechazo, efectivamente, ocurre.
4) Una vez sabemos cómo responder ante la situación temida, el rechazo, nuestros miedos disminuirán, incluso por completo. La clave está en generar esas respuestas posibles ante lo que pueda ocurrir. Si uno no le dedica tiempo a buscar respuestas, de nada valdrá saber teóricamente que los miedos son nuestros amigos, estos continuarán ahí permanentemente, alertándonos.
Comentaris
El miedo y en general, nuestras emociones, nos da el mensaje que tenemos que actuar.
Ese miedo nos quiere proteger de algo. Y qué pasaría si nos preguntáramos de que nos protege y luego tomamos una acción para superar ese algo: Mágicamente, el miedo desaparecerá. Y así podremos volar a lo más alto que queramos.
Gracias, me gustó mucho tu artículo
Trino Alberto
Las palabras son extraídas de la entrevista que leí.
Coincido con vuestra opinión acerca del miedo. Pienso que existe el miedo que nos protege, pero luego existe el pánico y éste nos paraliza. Lo que habría que trabajar es ese miedo paralizante que nos impide hacer cosas.
¡Gracias a ti por tus palabras!
Cris