Hace algunos meses le dije a una cliente que leyera la historia del Eco de la Vida y me respondió que era otra bonita historia que no le servía para nada.
Debería decir que supe qué decir y que el "nada" me indicó qué debíamos trabajar. No fue así y sigo dándole vueltas, supongo que todo es cuestión de distancia:
Debería decir que supe qué decir y que el "nada" me indicó qué debíamos trabajar. No fue así y sigo dándole vueltas, supongo que todo es cuestión de distancia:
No se consigue el eco de la montaña si no es a una distancia apropiada. Así la vida, cumplidora, nos devuelve generosamente lo que emitimos, aunque uno pretenda lo contrario.Cuentos para regalar a personas originales, Enrique Mariscal (pág. 54)
La petulancia del poder eterno es una ilusión que hace sufrir. Muy pocos se retiran a tiempo. Pretendemos que nos quieran, nos admiren o nos idolatren. Ello guarda muchas veces relación directa con la autoestima, muchas veces automutilada.
Los antojos suelen tener un alto coste social y personal, malogran el poder de lo simple, de lo espontáneo; de disfrutar con lo que somos y con lo que tenemos, sin pretensiones superficiales.
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