Reflexiones sobre la felicidad

Mi amigo A. me recomienda lecturas que siempre me hacen reflexionar. Esta vez, la reflexión va entorno a la felicidad. No tengo claro qué es ni tampoco tengo una fórmula mágica para ser feliz.

A veces, me formulo algunas preguntas que me acercan a lo que entiendo por felicidad y tras la recomendación de A. me he puesto a escribir acerca de ello.

¿Debemos buscar la felicidad? ¿es la felicidad un fin o un estado?

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Buscar la felicidad es la forma más fácil de no ser feliz. Si buscas la felicidad, no puedes ser feliz. La felicidad no puede ser un fin en sí mismo. Es todo el proceso de principio a fin. Diría que se trata de un estado, de vivir todos los momentos en ese estado de felicidad.

Eso me lleva a la siguiente pregunta: ¿puede ser alguien feliz de forma permanente?

Sinceramente, desconozco la respuesta. Creo que los pensamientos positivos benefician a que la felicidad esté más presente en la vida. Quizá una persona feliz de forma permanente sea aquella que ha conseguido un estado permanente de iluminación.

¿Se puede ser feliz estando triste? ¿Debemos siempre ser felices?

Ahora hago un giro lingüístico deliberado, pues los grandes descubrimientos son aquellos que dan luz a aquellas pequeñas cosas que ya sabíamos, que siempre teníamos delante, pero de las que no habíamos tomado conciencia. Y mi descubrimiento de hoy es la paz, la serenidad con una misma. Yo pienso que se puede ser feliz estando triste. Es un oxímoron que significa tener la paz y la serenidad para ser feliz, aunque se esté triste. Es un estado de aceptación de ese instante, de tener en ese momento la calma y la nitidez mental para discernir ese proceso de tristeza y visualizarlo como un proceso de aprendizaje hacia la iluminación, hacia esa felicidad permanente.